jueves, 2 de abril de 2015

Laboralcinema presenta: Full Monty


FULL MONTY

Full Monty (1997) es una magnífica comedia británica con algunas pinceladas de amargura y toques de drama social, dirigida por Peter Cattaneo con guión del londinense Simon Beaufoy. Este filme contó con un presupuesto modesto de 2,5 millones de euros, se estrenó de forma discreta pero adquirió un gran éxito, convirtiéndose en la 4ª película más taquillera de Gran Bretaña y consiguiendo recaudar 93 millones de euros. Además cosechó diversos premios, entre ellos el Oscar a la mejor banda sonora de comedia musical (Anne Dudley), y además estuvo nominada en las categorías de Película, Director y Guión original. Asimismo ganó un Goya a la mejor película europea.
Full Monty se rodó en su totalidad en Sheffield y podemos disfrutar de magníficas tomas panorámicas de esta ciudad inglesa y de sus lugares más representativos. John de Borman fue el encargado de la fotografía.
Entre los intérpretes principales contamos con Robert Carlyle, Mark Addy, William Snape, Steve Huison, Tom Wilkinson, Paul Barber o Hugo Speer.

La historia nos traslada a Sheffield que en los años 70 fue una zona muy próspera de Yorkshire, sobre todo gracias al acero que daba muchos puestos de trabajo y riqueza. Full Monty comienza mostrando la prosperidad de Sheffield, ciudad en pleno desarrollo en los 70. Todos parecen contentos con un puesto en la fábrica y con lugares de descanso, ocio y diversión. Las casas antiguas han desaparecido para dar paso a pisos modernos. Tras mostrar estas imágenes idílicas el filme da un salto de 25 años y nos muestra una fábrica de acero cerrada y destartalada donde un par de antiguos trabajadores, ahora en paro, y el hijo de uno de ellos, intentan robar unas vigas para ganar algunas libras. Trabajaron 10 años en la fábrica, pero eso se acabó y ahora no saben qué hacer, se sienten fracasados y parecen haber tirado la toalla, como comenta a sus amigas, la esposa de uno de ellos.
Varios parados, muchos de ellos antiguos compañeros de la fábrica, acuden a la oficina de empleo donde les dicen que rellenen solicitudes, pero ya se han convencido de que no sirve de nada, así que se dedican a fumar o a jugar a las cartas. El único que muestra interés en encontrar empleo, que parece no haber perdido la esperanza es el que fue capataz en la fábrica. Rellena los papeles y mira ofertas de empleo en Internet. Su situación es dramática pues no le ha dicho a su mujer que está en el paro, y ella, ignorante de lo que ocurre, quiere llevar la vida de siempre.
En realidad cada uno tiene problemas y situaciones personales límite. Uno de los protagonistas está a punto de perder la custodia compartida de su hijo porque no puede pagar la pensión alimenticia de su hijo, el cual vive cómodamente con su madre y la nueva pareja de esta. El muchacho quiere a su padre pero al mismo tiempo se avergüenza de él porque siempre hacen tonterías, nunca hacen cosas normales como ir al cine o a ver un partido de fútbol, pero es que el padre no tiene dinero para disfrutar con su hijo de las cosas que les gustan a los muchachos de su edad. No quiere perder a su hijo y piensa en la manera de conseguir dinero. Ha visto que a las mujeres les gustan los espectáculos de boys. ¿Por qué no organizar uno? Podrían forrarse.
Sus amigos y antiguos compañeros no están muy convencidos pero se suman al plan por pura necesidad: uno está acomplejado porque lo mantiene su mujer, otro no quiere perder a su hijo, el capataz-gran bailarín- aún no le han contado a su esposa que está en el paro, un guardia de seguridad sin amigos, con una madre discapacitada al que han salvado del suicidio y unos cuanto parados más que se sienten fracasados e inútiles, y que ven en este proyecto algo loco una oportunidad de ganar algún dinero y demostrar algo.
En general ni son especialmente guapos, ni tienen cuerpos de escándalo, ni mucha gracia para el baile, pero están decididos a preparar un número de boys para sacar algo de dinero e incluso para sentirse importantes y demostrar que valen para algo.
A lo mejor la idea es descabellada, incluso patética, pero al menos es una idea, una posibilidad de sentirse útiles y de ganar algo con su esfuerzo, porque lo de encontrar empleo no está nada fácil.
Esta idea de Full Monty ha sido copiada hasta la saciedad, y son muchos los que han hecho numeritos de striptease o han hecho calendarios ligeritos de ropa para recaudar fondos con diversos fines.
La situación que vemos en la película de paro y desesperación nos puede recordar con facilidad lo que hoy en día ocurre en España con las cifras del paro disparadas y con muchas dificultades para encontrar empleo lo cual genera gran desánimo. Aunque en estos tiempos de dificultad son muy importantes las nuevas ideas y los emprendedores. No quiero decir con esto que las personas que se encuentren en el paro deban organizar números de desnudo, pero es una idea, y a los protagonistas del filme les sirve para salir del hoyo de la desesperación, para levantarse e intentar salir adelante. Les da un poco de vergüenza, y tendrán que vencer sus miedos, su sentido del ridículo y su timidez para, así, conseguir mejorar su autoestima, su orgullo y la dignidad que creen haber perdido.
En cierta manera el desnudo no sólo es físico sino un desnudo de su alma, de sus miserias, de su situación. La única idea que se les ocurre para mejorar esa situación es quitarse la ropa, y eso les da cierto ánimo e impulso, porque la mayoría hacía tiempo que se habían rendido.
Es una situación de crisis en la que los hombres parados han de superar el duelo por la pérdida del empleo, pero también la vergüenza de no tener dinero, de estar mantenidos por sus mujeres, no poder invitar a sus hijos a un partido de fútbol o a una merienda, o sentirse inútiles o incapaces de mantener a su familia. Al menos durante unos minutos se sentirán importantes, sentirán el aplauso y aprecio de todos.
Una escena impresionante es aquella en la que se ve la larga cola de parados, serios y cabizbajos, hasta que empieza a sonar una canción de Donna Summer y comienzana sonreír y a bailar, con una nueva alegría, con un esbozo de esperanza.
Sólo una pregunta: ¿Y después qué? Tras ese momento de gloria, de fama efímera, de aplauso, de admiración ¿Qué van a hacer? De eso ya no sabemos nada, pero lo que sí sabemos es que esa aventura, esa loca iniciativa ha sido para ellos una inyección de ánimo en tiempo de crisis y paro, y que seguro que se enfrentarán a la vida con otro ánimo y otra ilusión.
La semana que viene damos un importante salto en el tiempo y nos vamos al año 1933 con la película Ann Vickers, protagonizada por Irene Dunne, una actriz genial de los años 30 y 40. El filme se basa en la novela homónima del Premio Nobel de Literatura Sinclair Lewis, sobre una joven desencantada que entra a trabajar en un centro penitenciario e intenta cambiar las cosas.

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1 comentario:

  1. El principio de la historia me recuerda a una película que ya vimos “El ladrón de bicicletas”. Lo que le sucede a estos trabajadores es lamentadlo mucho una realidad que estamos viviendo actualmente, muchas empresas están cerrando por su negocio tal y como lo tenían concebido se acaba y no han sabia reinventarse para salir adelante y no sólo estoy hablando de la empresa sino también de los propios trabajadores ya que hay muchos que no han mostrado ningún interés en mejorar en su puesto de trabajo o bien de formarse por si las cosas en un futuro iban mal, ya que creían que las vacas gordas iban a durar siempre.
    La actitud que tienen frente a la oficina de empleo es la que vemos actualmente gente con la mirada triste sin un ápice de ilusión de encontrar un trabajo, sí que es difícil encontrarse en la situación de búsqueda de empleo y más cuando las negativas son constantes pero lo único que conseguimos cayendo en ese bucle de desesperación es que nuestro entrevistador no pueda ver lo mejor de nosotros mismos. Para mi es importante tomar la figura del capataz como modelo a seguir no por engañar a su mujer indicándole que está trabajando cuando en realidad está en la búsqueda de empleo, si no porque él se está tomando la búsqueda de empleo como realmente lo que es un trabajo.
    Otro de los puntos que me gustaría destacar es cuando deciden montar el espectáculo de boys, como bien indicas quizás no son espectaculares pero están convencidos de lo que quieren hacer y han encontrado una manera para salir de su situación o al menos intentarlo y con ello han cambiado su actitud frente a la manera de afrontar su falta de empleo y por consiguiente su actitud frente a las entrevistas.
    Otro de los puntos que se trata en la película es que no está bien visto en un hombre sea mantenido por una mujer, pero estos son unos clichés que no se puede caer en ellos y los cuales tienen que desaparecer en situaciones como esta lo importante es subsistir como se pueda independientemente de quien aporte el salario en el núcleo familiar, pero este quizás sea otro tema para tratar en otra película.

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