SURCOS
Mucha
gente ha abandonado el campo tentada por la gran ciudad pero no es oro todo lo
que reluce, y en algunos casos podría aplicarse aquello de: “más vale lo malo
conocido que lo bueno por conocer”. Este es el caso de la familia protagonista
de Surcos,
una historia dura que se desarrolla en el Madrid de la Postguerra,
donde el estraperlo está a la orden del día, donde se malvive, hay dificultades
para encontrar trabajo y mucha pobreza.
Surcos
es una película
española dirigida en 1951 por José Antonio Nieves Conde, con guión del propio
director y de Gonzalo Torrente Ballester, que se basaron en una idea de Eugenio
Montes. La música corrió a cargo de Jesús García Leoz y Sebastián Perea se
encargó de la fotografía. En el reparto destacan Luís Peña, María Asquerino,
Francisco Arenzana, José Prada, Marisa de Leza, entre otros.
En
1952 esta película fue nominada a la Palma de Oro a la mejor película en el
Festival de Cannes.
Una
familia de labradores se traslada a la gran ciudad. El hijo mayor ha hecho la
mili en Madrid y ha vuelto al pueblo contando maravillas y les ha dicho: “En el pueblo siempre será igual, en la
capital le viene a uno la ganancia a las manos”. Piensan que en Madrid las
cosas les irán de maravilla y cogen sus bártulos, sus cestas, sus gallinas y
llegan a la ciudad en tren. Al llegar no parece que les guste mucho lo que ven,
sobre todo al padre. Van en Metro al barrio de Lavapies y se alojan en una
corrala pobre y destartalada llena de gente.
Las
cosas no están fáciles para encontrar trabajo; Pepe, el hijo mayor se coloca de
chófer, y el padre y Manolo, el hijo pequeño, van al sindicato en busca de
empleo, aunque les dicen que la cosa va a ser difícil pues sólo saben trabajar
como labriegos. La larga cola de gente que busca trabajo sin mucha esperanza,
nos recuerda a la situación que vivimos actualmente en la que millones de
españoles se encuentran desempleados y en situaciones muy difíciles para
sobrevivir, algunos de ellos con una magnífica preparación, estudios
superiores, experiencia laboral pero muy pocas oportunidades. Asimismo hay que
resaltar que hoy en día hay una gran tasa de paro entre trabajadores de la
construcción, y no todos tienen preparación para trabajar en otra cosa.
El
cabeza de familia parece el único sensato y consciente de cómo se desmorona su
familia, echa de menos su vida sencilla en el campo donde eran pobres y
trabajaban de sol a sol, pero eran una familia feliz y unida. La madre sólo
está pendiente de que entre dinero en casa y no se para a pensar cómo lo consigue
su hijo mayor. Éste, no satisfecho con el sueldo de chófer, se mete en negocios
turbios de estraperlo, con lo que consigue mucho más dinero. La hija, Antonia,
trabaja de criada de la amante de un mafiosillo pero sueña con ser cantante, y
este estraperlista, al que apodan “el Chamberlain” le hace creer que la va a
apoyar, sólo para aprovecharse de ella. El hijo pequeño también tiene
problemas: trabaja como chico de los recados en un colmado, pero un día le
roban el pedido, y además de despedirle le exigen 30 duros por la mercancía que
le ha sido sustraída. Ante esta situación decide escapar de casa, vive en la
calle y come de caridad, hasta que encuentra a un padre y a una hija que se
dedican al teatro de marionetas que le acogen en su casa y le ayudan en todo.
En su casa le negaron la ayuda y sólo recibió desprecios, únicamente su padre
salió a buscarle cuando huyó, y quiso pagar su deuda cuando encontró trabajo.
El
padre es el que más sufre pues su esposa le recrimina constantemente que no
encuentre empleo y le obliga a trabajar, primero como vendedor ambulante sin
licencia, hasta que le pilla un policía y le quita la mercancía, o en las
labores del hogar, que en aquella época eran consideradas “tareas de mujeres”,
lo que teniendo en cuenta el contexto histórico, resultaba una humillación para
él. Finalmente es contratado en una fundición como peón, hace lo que puede pero
no aguanta el ritmo de trabajo, el calor, e incluso se marea, y finalmente lo
echan. Podemos mencionar otras escenas que muestran el duro trabajo en una
fábrica, como la escena de Metrópolis en la que un hombre cae
extenuado mientras maneja una máquina, o la escena tan conocida de Chaplin y la
cadena de montaje en Tiempos modernos.
Cuando
el cabeza de familia llega a casa tras perder su empleo de peón, sólo encuentra
las burlas y el desprecio de su mujer. Él no hace más que pensar en su pueblo,
allí estaba en un lugar que conocía, entre gente que conocía de toda la vida.
El trabajo en el campo era duro, los jornales escasos, pero vivían tranquilos,
a diferencia de la capital, donde viven al límite, algunos de ellos realizando
actividades ilegales o indecorosas ¿Es ese el gran cambio de vida? ¿Es la
capital la tierra prometida, la tierra de las oportunidades o es más bien un
infierno?
Esta
película hecha por falangistas, muestra grandes inquietudes sociales, y quizás
no ha sido más valorada por la filiación política de los realizadores, siendo
una magnífica película cuyo estilo ha sido comparado con el neorrealismo
italiano. En Surcos, por cierto, se hace un guiño a este tipo de cine,
diciendo que las películas que se llevan son las del neorrealismo italiano de
temas sociales.
El
padre intenta arreglar las cosas, reconstruir la familia, volver a ser la gente
sencilla, trabajadora y honrada que eran hasta pisar Madrid, ese espejismo que
sólo les ha traído sufrimiento. Hay cosas que ya no pueden arreglarse pero
otras sí. El cabeza de familia dice que hay que volver al pueblo, a lo que le
contestan: “¿Ahora? ¿Para que la gente se ría de nosotros?” Y él responde con
firmeza: “Pues con vergüenza hay que volver”. Y entonces podemos ver la imagen
final de los surcos del campo, esos surcos tan familiares para ellos. Fueron a
la ciudad a buscar nuevas oportunidades que no encontraron, sólo hallaron fracaso,
desgracia, desarraigo, más pobreza, desintegración familiar y muerte. ¿Qué más
da que sus vecinos del pueblo los vean como unos fracasados? Estarán en casa,
en su ambiente, haciendo aquello que les gusta y para lo que están preparados.
Y
la semana que viene comentaremos la película Los encantos de la gran ciudad.
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