lunes, 4 de febrero de 2013

Laboralcinema presenta: Los encantos de la Gran Ciudad


LOS ENCANTOS DE LA GRAN CIUDAD

Jack Lemmon es el protagonista de Los encantos de la gran ciudad dirigida en 1970 por Arthur Hiller, responsable también de Love Story. El guión es de Neil Simon, la música de Quincy Jones, y la fotografía de Andrew Laszlo. Acompañan a Lemmon en el reparto: Sandy Dennis, Anne Meara, Ann Prentiss, o Ron Carey. 
George (Jack Lemmon), tiene ahora la oportunidad de promocionar en su empresa, puede conseguir un ascenso, aunque tendrá que dejar su vida tranquila en Ohio por la vida estresante de Nueva York. Tiene una entrevista de trabajo en la Gran Manzana y allí viaja ilusionado con su esposa, que sigue a su marido, pero en el fondo piensa que a ella le gusta su vida y no está muy convencida de un cambio tan importante, pese a que George le vende todo lo que cambiará su vida para bien: ganarán más dinero, tendrán una casa mejor, sus hijos irán a buenos colegios, etc.
Lo que iba a ser una viaje magnífico, una gran oportunidad, se convierte en una pesadilla, todo les sale mal: vuelos desviados por el mal tiempo, pérdida de la reserva de hotel, caminar bajo la lluvia, dormir en un parque, huelgas, equipaje perdido, un atraco, entre otras desgracias. El estrés de los personajes, sobre todo de George, se transmite al espectador, que vive en tensión toda la película, deseando que algo les salga bien. La poca hospitalaria Nueva York no se parece en nada al ambiente tranquilo de Ohio, aunque también en más de una ocasión me ha dado por pensar si se trata de la ciudad extraña e inhóspita o es que George es gafe, porque tantas desgracias juntas no es normal.
Hay un momento en que nuestro protagonista piensa que no va a poder asistir a la entrevista con sus jefazos, pero finalmente puede asistir puntualmente y resulta que están interesados en él. Al fin ha conseguido el ansiado ascenso que creía que por las circunstancias adversas se le iba a escapar de las manos. George llega muy contento al hotel y le da la gran noticia a su esposa que está agotada por todas las peripecias vividas, y que le dice que ella lo que más desea es que haya rechazado la oferta de trabajo y que puedan volver a casa cuanto antes. Y él le dice que ha hecho eso, que ha rechazado el ascenso y que vuelven a Ohio a ser felices con su vida tranquila y segura, sin el estrés de la gran ciudad. Quizás pierdan en ingresos económicos, en lujos y comodidades, pero ganarán en tranquilidad y calidad de vida. Y es que no todo es el dinero en este mundo, hay cosas más importantes como la familia o llevar una vida tranquila y feliz.
Si bien esta película es una exageración, una parodia de la vida en la gran ciudad, llena de estrés, prisas, hostilidad y dificultades, nos sirve para reflexionar sobre las cosas importantes de la vida. Si una persona vive estresada, con prisas, trabajando a todas horas, viviendo para trabajar más que trabajando para vivir, sin momentos de ocio, descuidando incluso a su familia ¿Puede ser feliz? ¿No sentirá al final un inmenso vacío? Algo así le pasa al protagonista de Los descendientes (George Clooney) que siempre se ha volcado en su trabajo y cuando su mujer cae en coma se da cuenta de que no la conocía, de que tenía conversaciones pendientes, y que sus hijas eran dos extrañas para él para las que nunca había tenido tiempo, a las que nunca se había parado a escuchar.
Al final George opta por continuar con su vida familiar, su tranquilidad, su felicidad y decide renunciar a un puesto que le iba a proporcionar más dinero pero que no le haría feliz, le destrozaría su úlcera y le alejaría de su familia y de su tierra.
Hay otras películas en las que se alaba la vida en el campo frente a la frenética vida en la gran ciudad, como La ciudad no es para mí de Paco Martínez Soria, o Surcos, filme que ya hemos comentado en laboralcinema.
Jack Lemmon, protagonista de la genial Con faldas y a lo loco de Billy Wilder, está magnífico en su papel, estresado, protestando por todo, creando una lista negra de personas a las que iba a denunciar por diferentes motivos, angustiado al encontrarse como un extraño en la gran ciudad, angustiado al estar lejos de su casa. La esposa es interpretada por Sandy Dennis, que también está perfecta en su papel, apoyando a su marido en algo que es importante para él, y deseando, en el fono, que no le den el trabajo y poder así volver a su casa y a su vida de siempre. Comentar que la actriz venía de ganar un Oscar por su papel en ¿Quién teme a Virginia Wolff?
Casi 30 años después se grabó una segunda versión de esta historia con Steve Martin y Goldie Hawn en los papeles protagonistas, pero he de decir que no hay ni punto de comparación, y que yo me quedo con la primera versión.
Con mis comentarios no quiero decir que no haya que tener ambición en el trabajo, deseos de ascender y progresar, sólo me refiero a que hay que poner en una balanza los pros y los contras a la hora de tomar una decisión importante como la que tiene que tomar George, y hay que dar un papel protagonista a la calidad de vida.
La próxima película que comentaremos en Laboralcinema será Spotswood, con un magnífico Anthony Hopkins en el papel de un asesor de productividad. Creo que os gustará mucho esta película.

También te puede interesar:

1 comentario:

  1. Gran película que no había tenido la oportunidad de ver hasta el momento una de las cosas que más sorprende es que aunque ha pasado el tiempo seguimos cayendo en los mismo tópicos de siempre, donde siempre vamos corriendo de un sitio para otro y queremos abarcar más de lo que en algún caso podemos. Como bien indicas la película esta llevada al extremo, pero realmente esta llevada al extremo, en muchos casos no es así y la vida de algunas personas es mucho más caótica que lo que figura en la película.
    Por normal general la vida en las pequeñas ciudades o pueblos es mucho más tranquila que el gran día, pero casi todos queremos lo que no tenemos, los de las grandes ciudades buscan la tranquilidad de los pueblos y a la inversa. El ir a la gran ciudad no es la panacea a nuestros males, donde conseguiremos un trabajo, tendremos una casa fabulosa y un trabajo muy bien remunerado en muchas ocasiones no sucede esto y todo lo que creíamos que iba a ser perfecto resulta que no es, y no es que no existan estas posibilidades si no que somos nosotros que no somos capaces de adaptarnos a esa forma de vida.
    Como bien indicas en varias ocasiones ya hemos visto lo que implica el cambio del un pueblo a la gran ciudad y a la inversa, claros ejemplos vemos “La ciudad no es para mi” y en caso inverso “Baby tú vales mucho”.
    Lo importante para mi es que cada uno valore lo que tiene y se determina hacer un cambio que seamos conscientes de lo que implican los mismos

    ResponderEliminar