Laboralcinema presenta: Wall Street 2

WALL STREET 2: EL DINERO NUNCA DUERME

La Semana pasada hablamos de la película Wall Street (1987), de la cual se rodó una segunda parte en 2010, también bajo la dirección de Oliver Stone, que de nuevo hace un cameo, y con Michael Douglas en el papel de Gordon Gekko. El título de esta secuela es: Wall Street 2: el dinero nunca duerme.

El director vuelve a introducirnos en el duro mundo de las finanzas, en un Wall Street despiadado donde la puñalada trapera está a la orden del día y donde si hay que pisar a alguien para sobrevivir, se hace sin ningún remordimiento.

Gekko ha pasado unos cuantos años a la sombra y ha aprovechado ese tiempo para escribir un libro que se vende como rosquillas y en el que narra sus experiencias y se pregunta si la codicia es buena o mala. 

Mientras ha estado en prisión todo ha cambiado. El mundo de los negocios ha seguido sin él, se ha divorciado de su mujer, su hijo ha muerto de una sobredosis y su hija ha crecido y no quiere saber nada de él.

Varios presos salen de la cárcel y a todos les esperan sus familias que les reciben con los brazos abiertos, pero Gekko está solo. ¿Esa soledad es el precio que ha de pagar por su ambición?

Nuestro protagonista se dedica a promocionar su libro: conferencias, entrevistas en televisión, firmas de ejemplares. Pronuncia una conferencia en la Universidad en la que además de hablar de su obra, les dice a los jóvenes cosas como que son la generación NINJA: Ni ingresos, ni jornal, ni actividad.

Seguro que muchos jóvenes españoles le darían la razón, teniendo en cuenta la alta tasa de paro en la juventud de nuestro país, en el que a pesar de la alta preparación de muchos, encontrar un trabajo se ha convertido en misión imposible y estamos viviendo lo que podríamos llamar una fuga de cerebros: los mejor preparados se van a otros países donde sí encuentran trabajo y además consiguen una mejor remuneración.

Siguiendo con la conferencia, otra frase que me gustaría destacar es: “el origen de todos los males está en la especulación y el endeudamiento hasta el cuello” ¿No nos resulta familiar?

Gekko finaliza su brillante conferencia diciendo: “El sistema financiero no funciona ¿Cómo transformar el mal en algo que nos beneficie? Os lo diré en tres palabras: comprad mi libro” y el auditorio estalla en aplausos.

Tras su disertación conoce al novio de su hija, al que da vida Shia LaBeouf, un joven operador de valores especializado en energía y tecnología limpia, aunque confiesa que no es que sea fanático de esas energías, que está en esto para ganar dinero. En ese momento las cosas no le van muy bien a Jakob pues su jefe, debido a una jugarreta financiera, y al verse arruinado se ha suicidado tirándose al metro. El tipo que ha jugado sucio con su mentor, es el mismo que envió a la cárcel a su futuro suegro, así que ya tienen un punto en común y deciden asociarse: Gekko le ayudará a vengarse y Jakob le facilitará un encuentro con su hija.

El antiguo tiburón de las finanzas parece haber cambiado, el tiempo pasado en la cárcel le ha hecho reflexionar, y le dice al joven corredor de bolsa que hay cosas más importantes que el dinero: el tiempo. Y en esto tiene toda la razón. Aquellos que viven absorbidos por su trabajo están perdiendo un tiempo precioso en el que podrían disfrutar con su familia y sus amigos, ver crecer a sus hijos, descansar, hacer deporte o leer un buen libro.

Pero ¿Gekko ha cambiado realmente? ¿Se ha hecho blando? ¿Un tiburón como él puede retirarse así como así? Para saberlo habrá que ver la película.

Tanto Wall Street como su secuela muestra a dos tipos de hombres: aquellos que tienen un tope, y se retiran cuando han ganado una buena suma de dinero, como nos cuenta en una cameo Charlie Sheen, y aquellos cuya codicia no tiene límite.

A mí, particularmente, me gustó más la primera parte, y leyendo algunas críticas sobre Wall Street 2, veo que los críticos no la han valorado muy favorablemente:

"Más preocupado por el lujoso diseño de producción, los guiños al espectador, y la necesidad de un nido familiar para Gekko, Oliver Stone se queda en el inofensivo entretenimiento” (Fotogramas).

"Lamentablemente, Stone se toma demasiado en serio a sí mismo y a su idea de la célebre burbuja financiera (...) idea que se empeña en traspasar a su película, a la cual engorda para luego pincharla en un desenlace que la deja absolutamente vacía” (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC).

“Stone (...) después de estrenar a finales de los 80 un filme donde atacaba sin piedad, cargado de violencia y cinismo, a los tiburones de las finanzas y el capitalismo feroz, en la segunda producción se limita a entonar un débil y confuso mea culpa" (Carmen L. Lobo: Diario La Razón).

"Oliver Stone resucita inútilmente a Gekko. (...) no posee la tensión, la energía y la fascinante maldad que chorreaba su antecesora." (Carlos Boyero: Diario El País).

En cualquier caso, la película nos puede hacer reflexionar sobre el mundo de las finanzas, los tejemanejes de la bolsa, las consecuencias de la burbuja inmobiliaria, la ambición desmedida, la crisis actual. También están presentes las nuevas tecnologías, pues la hija de Gekko tiene un blog muy influyente que recibe miles de visitas cada día.

Para terminar mencionar que el filme presenta a una serie de pesos pesados de Wall Street que cuando corren buenos tiempos se hacen de oro, y cuando las cosas pintan mal recurren a “papá estado” para que solucione el problema.

La semana que viene comentaremos un clásico, un peliculón protagonizado por Jack Lemmon: El apartamento, del genial Billy Wilder, película que obtuvo 5 Premios Oscar en 1960.