El Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC) es hoy un centro asociado a la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) que, además de autofinanciarse —una verdadera hazaña entre las instituciones académicas y científicas—, logra obtener beneficios a través de una amplia gama de productos y soluciones que oferta a empresas y organismos de todos los sectores. Beneficios que en un 100% reinvierte en su causa original y tripartita: Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i).
El 75% de la plantilla del IIC está compuesta por licenciados, ingenieros, doctores, catedráticos y expertos. No sólo de Informática y Matemáticas. También de Física, Psicología, Lingüística y Ciencias Sociales. En este ambiente laboral, emplazado en la quinta planta de uno de los tres edificios que ocupa la Escuela Politécnica Superior de la UAM, en el Campus de Cantoblanco, un hecho salta a la vista: todos los equipos de trabajo están conformados mayormente por hombres y mujeres que rondan todavía la veintena.
Son jóvenes que han alcanzado una o dos titulaciones y que ahora combinan desempeño profesional con investigación científica a través másteres o doctorados. Sus intereses abarcan asuntos como los sistemas complejos, el aprendizaje automático, la minería de datos, los métodos de clasificación, las redes neuronales o la psicometría. En conjunto, comparten una idea: que en la actualidad las grandes decisiones se toman a partir de evidencias numéricas proporcionadas por complejas herramientas analíticas. También una certeza: que en la organización de los datos —en su tratamiento inteligente y exhaustivo— se cifrarán las mayores oportunidades en la competitiva Sociedad del Conocimiento.
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