EL
DOCTOR
El
Doctor es una
película dirigida por Randa Haines en 1991, con guión de Robert Caswell, música
de Michael Convertino y fotografía de John Seale. Entre los intérpretes de este
filme se encuentran: William Hurt, Elizabeth Perkins, Christine Lahti, Mandy
Patinkin, Adam Arkin, Charlie Korsmo, si bien el gran peso de la película recae
sobre William Hurt, que realiza un estupendo papel.
Jack
MacKee es un brillante cardiólogo que, tras serle diagnosticado un cáncer de laringe,
ha de ingresar en el hospital en que trabaja. Además de experimentar en sus
propias carnes la enfermedad y el dolor, ha de soportar la burocracia, las
largas esperas, la indiferencia, la frialdad y la falta de humanidad con la que
habitualmente se trata a los pacientes. Esta experiencia le llevará a cambiar
de actitud.
William
Hurt, que ya había trabajado con Randa Haines en Hijos de un Dios menor,
interpreta en este filme al doctor protagonista, frío, distante, al que le
diagnostican una enfermedad y se convierte en paciente. Ha de vivir todo lo que
habitualmente vivían sus enfermos y de lo que él no era consciente. Además
tendrá que depositar su confianza en un médico, que sabe que no es infalible, y
habrá de enfrentarse al miedo y al dolor.
Todo
esto le hace cambiar radicalmente, y también su amistad con una joven que tiene
un cáncer cerebral terminal, y que a través de una carta en la que le relata un
breve cuento le ayuda a cambiar en sus relaciones con los demás. Él se ha
acostumbrado a ser algo frío, distante y prepotente, se ha acostumbrado a
ponerse una coraza para protegerse, a alargar el brazo y apartar a todos:
amigos, compañeros, esposa. Pero su amiga le dice que cuando baje el brazo
todos querrán acercarse a él.
Su
vivencia de la enfermedad y el dolor le hace cambiar en la relación con su
familia, con sus colegas y con sus pacientes, le hace ser mejor persona. Él
enseña a médicos residentes y ahora va ser también mejor profesor, les muestra
que los enfermos no son números, son personas con sentimientos, con miedos, con
dolor, con esperanzas o sin ellas. Quiere que empaticen con ellos, que se
pongan en su lugar. Aunque lo hace de forma tan real, que les hace vivir como
pacientes un día, para que sepan lo que se experimenta. No creo que sea
necesario llegar hasta ese punto, pero sí es muy importante la empatía, y esta
película habla fundamentalmente de eso. La empatía es muy relevante en nuestra
vida, en cualquier trabajo, pero especialmente en la medicina, y no todos los
profesionales tienen bien desarrollada esta virtud.
He
utilizado en varias ocasiones esta película en actividades de cine fórum y son
muchas las cuestiones que se pueden debatir como los modelos de relación
médico-enfermo, empatía, autonomía del paciente, beneficencia, no maleficencia
y justicia, derecho del paciente a una información veraz, relación entre
colegas (críticas, corporativismo, ocultación de mala praxis),
confidencialidad, atención privilegiada o “enchufismo” y actitud profesional.
Vamos, que la película tiene miga y permite debatir sobre muchos temas.
Este
filme muestra la actividad de un hospital, las relaciones entre los
profesionales y entre estos y sus pacientes, sin olvidarnos del sistema
sanitario, sus normas y su burocracia.
También
hay que decir que esta historia se basa en hechos reales, en concreto en la
autobiografía que escribió tras su jubilación el Dr. Edward Rosenbaum en 1988
con el título de: A taste of my own
medicine: when the dctor is the patient.
Tras
ejercer como reumatólogo se jubiló y al poco tiempo le diagnosticaron un cáncer
de laringe. En el libro revisa los errores que se cometieron con él, cuáles
fueron sus sentimientos y emociones, cómo vivió su enfermedad. Además realizó
una crítica del sistema sanitario demasiado deshumanizado y burocratizado. Esta
experiencia vital le llevó a replantearse su visión de la Medicina y del
sistema sanitario.
El
Dr. Rosenbaum participó en el guión de la película, y cuatro años después
colaboró como asesor médico en el filme Compañeros de habitación (1995), que
narra la complicada relación entre un estudiante de Medicina y su abuelo, con
el que se ve obligado a convivir.
El
Doctor nos puede
hacer reflexionar sobre nuestra actitud en el trabajo, cómo es nuestra relación
con compañeros, colegas, jefes, subordinados, clientes, pacientes, alumnos u
otros. Y creo que nos podemos aplicar aquello de: “no hagas a los demás lo que
no te gustaría que te hicieran a ti”.
Nuestro
protagonista tuvo que verse en la situación de paciente para comprender qué
siente un enfermo, y eso le llevó a cambiar, pero hay otras formas para llegar
a esa comprensión. Es posible y necesario en la formación de los profesionales
de la salud que esté presente el humanismo y que se busquen recursos y
estrategias para que médicos y otros profesionales sepan ponerse en el lugar de
sus pacientes. Leí un artículo en el que se refería una experiencia en la que a
unos residentes se les había pedido que leyeran La escafandra y la mariposa para
que supieran cómo tratar a pacientes graves o en estado terminal (muy
recomendables tanto el libro como la película).
(Para más información sobre La
escafandra y la mariposa podéis consultar el siguiente link: “El síndrome de
cautiverio en la literatura, el cine y la televisión: http://www.neurologia.com/pdf/Web/5409/bh090564.pdf).
Si
realmente hacemos este ejercicio de reflexión y pensamos cómo son nuestras
actitudes hacia los demás en nuestro ámbito profesional o personal, si
intentamos ponernos en el lugar de los demás, seguro que haremos más felices a
los otros, y seguro que nosotros mismos seremos más felices.
La
semana que viene comentaremos la película: Un trabajo embarazoso.
Para ver los comentarios sobre más películas consulta: Laboralcinema
Película con la que me quedo con el mensaje que tenemos que aprender a ser empáticos una virtud que hemos ido perdiendo poco a poco,por motivos de la vida. En ocasiones cuando doy formación de técnicas de ventas es una de las virtudes que me gusta destacar, ya que todos debemos ponernos en la piel de los demás pasar saber como y que siente esto nos ayudará tanto a nosotros como a ellos. A ellos por que se sentirán especiales, y todos queremos sentirnos especiales y a nosotros por que podremos entender mejor nuestro interlocutor y en el caso de la venta sabremos exactamente que podemos ofrecer a nuestro cliente.
ResponderEliminarEn el caso de la medicina es primordial ya que tratamos con la salud de las personas y es un tema delicado todos tenemos miedo a lo que no que no conocemos y más cuando esta en juego nuestra salud.
Con respecto en el puesto de trabajo creo que es un ejercicio que debemos practicar todos, esto nos ayudará a que la organización sea mejor , fomentando un buen ambiente de trabajo para que las sinergias fluyan de manera positiva y las producción sea mejor.