Kramer contra Kramer

KRAMER CONTRA KRAMER

Kramer contra Kramer es una película dirigida en 1979 por Robert Benton que fue también el responsable del guión, basado en la novela de Avery Corman. Encabezan el reparto Dustin Hoffman y la recientemente oscarizada Meryl Streep, por su papel de Margaret Tatcher en La Dama de Hierro.

La película fue galardonada con muchos premios, 5 Oscar en las categorías más importantes: Mejor película, director, actor principal (Hoffman), actriz secundaria (Streep) y guión adaptado. El niño, Dustin Henry, también fue nominado en la categoría de actor de reparto. Asimismo obtuvo el Globo de oro a la mejor película de género dramático, el Premio del Círculo de Críticos de nueva York a la mejor película, y los premios David di Donatello al mejor filme y al mejor actor extranjero (Dustin Hoffman).

Ted Kramer (Dustin Hoffman) es un publicista de éxito que está ascendiendo en la empresa y al que le confían las mejores cuentas publicitarias. Vive muy centrado en su trabajo pues se mueve en un mundo altamente competitivo, y tal vez no le dedica a su familia todo el tiempo necesario.

Un día llega a casa satisfecho, las cosas marchan bien en el trabajo y trae buenas noticias, pero su esposa ya tiene la maleta preparada, y ante el asombro de él, y casi sin mediar palabra, le abandona, y no sólo a él sino también a su hijo de 5-6 años. El protagonista piensa que es una crisis pasajera y que su mujer volverá en pocos días, pero mientras esto ocurre él ha de ocuparse de todo: su trabajo, la casa, y el cuidado de su hijo, que no entiende lo que está ocurriendo.

Su jefe, aunque le trata con cordialidad, como a un amigo, le recuerda que quiere que rinda un 110% y que trabaje siete días a la semana, 24 horas al día. Kramer se defiende diciendo que él trabaja ocho días a la semana y 25 h/día, pero el jefe, no muy convencido, e intuyendo que la situación actual de su empleado va para largo, le sugiere que deje al niño con algún pariente. ¿Es que es incompatible la vida familiar, el cuidado de un hijo con el trabajo? ¿Es que a una persona se le puede exigir que trabaje a destajo y que deje de lado su vida personal? Esta situación me recuerda a la película Baby, tú vales mucho, que ya hemos comentado en Laboralcinema, cuando la protagonista ha de encargarse del cuidado de una niña y no recibe ningún tipo de ayuda para conciliar su vida familiar con la profesional. Que es lo mismo que le ocurre a Kramer.

También hay que decir que su rendimiento baja, a veces llega tarde y su empresa no se lo perdona. Si otros pueden rendir ese 110% ¿Para qué tenerle a él que ya no llega a ese rendimiento máximo, que no puede entregarse al trabajo día y noche?

La cuestión es si a un trabajador se le puede exigir esto. En El hombre del traje gris que comentamos recientemente en esta sección de Laboralnews, el dueño de la empresa estaba dedicado en cuerpo y alma a su trabajo  y había descuidado a su familia, frente a Gregory Peck que afirma que es un trabajador de 9 a 5.

El jefe de Kramer está nervioso, le reprende, le dice que va de mal en peor, que ya han pasado ocho meses desde que le abandonó su mujer, que sus problemas familiares interfieren en el trabajo, y finalmente decide quitarle una cuenta importante, alegando que los clientes no están contentos.

Es cierto que una empresa puede reprender a sus trabajadores si no rinden, si no son productivos, pero ¿Hasta qué punto hay que rendir? ¿Estaba Kramer explotado?

El jefe le habla de cambios:

Kramer: ¿Me vas a despedir?

Jefe: Sí, te dejo en libertad, los jefes me han estado presionando y no te puedo bajar de categoría, eso sería humillarte. Eres inteligente, te las arreglarás. 

Y así termina su relación laboral. Se encuentra en la calle, sin trabajo, y para colmo de males, su mujer, a la que yo veo con una inestabilidad emocional, reaparece y reclama la custodia del niño. Nuestro protagonista es consciente de las escasas posibilidades que tiene de que le den la custodia: es hombre, y es más frecuente que la mujer gane en estos procesos, y encima se ha quedado sin trabajo.

Intenta conseguir un nuevo empleo antes del juicio, y tiene dificultades de que le atiendan, pues al estar en vísperas de Navidad, aunque sean días lectivos, la gente se relaja en el trabajo y prefiere posponer sus obligaciones a la vuelta de las navidades.

Con ingenio, talento y valentía consigue un empleo, aunque con menos sueldo, pero ya no se presentará ante el juez con las manos vacías. En el juicio salen a relucir cosas desagradables de uno y de otro. La ex-esposa, para justificar el abandono manifiesta que al casarse dejó de trabajar, quería hacerlo, pero su marido no le hacía caso. Ahora tiene un buen empleo, un sueldo más alto que el de su esposo, y además se siente realizada, considera que se ha encontrado a sí misma.

En la película se plantea por qué la mujer no puede tener las mismas oportunidades que el varón, pero también podemos hacer la pregunta al revés ¿Por qué el varón no puede tener las mismas oportunidades que la mujer en una cuestión tan importante como la custodia de un hijo? ¿Por qué se considera al hombre menos capaz para el cuidado de un hijo?

En este filme se analizan las relaciones de pareja, los problemas, la rutina, la falta de diálogo, o cómo pueden sufrir los hijos cuando los padres se enfrentan.

Desde el punto de vista del trabajo, como ya se ha mencionado, podemos hablar de aquéllos que viven volcados en el trabajo descuidando otras facetas de su vida, de la alta competitividad en la empresa que puede llevar hasta situaciones de explotación, y también que en la empresa, al menos la que se ve en la película, no hay amistades que valgan: O rindes a tope…o estás fuera.

La semana que viene comentaremos la película Tentación en Manhattan, en la que volveremos a hablar de la conciliación de la vida familiar y laboral.