jueves, 15 de marzo de 2012

Laboralcinema presenta: Tentación en Manhattan


TENTACIÓN EN MANHATTAN
Tentación en Manhattan (2011) es una comedia dirigida por Douglas McGrath e interpretada por Sarah Jessica Parker, Greg Kinnear, Pierce Brosnan, Christina Hendricks, Olivia Munn, Kelsey Grammer, Seth Meyers.  
Al verla he recordado las grandes comedias clásicas en las que brillaron algunos de los grandes del Cine: Cary Grant, Irene Dunne, Katharine Hepburn, o Jean Arthur, entre tantos otros, y que contaban con guiones brillantes. Y he pensado en esas grandes comedias, no porque Tentación en Manhattan se parezca  a ellas sino por todo lo contrario. Me parece un producto insulso y superficial, que aborda una temática interesante sin sacarle provecho, y cuyos actores no tienen química.
Las críticas que recibió la película no fueron favorables, e incluso la actriz protagonista fue nominada a los Premios Razzie como peor actriz:
Sosa, sin gracias y llena de clichés (Michael O’Sullivan. The Washington Post)
Como informe sociológico, es pura fantasía. Como comedia, da pena (Sergi Sánchez. Diario la Razón).
Una aburrida y conformista colección de lugares comunes (Fausto Fernández. Fotogramas).
De todas formas la película nos puede resultar de interés como punto de partida para hablar de las dificultades de la mujer trabajadora para conciliar la vida laboral y familiar. Y es que nuestra protagonista hace juegos malabares para poder conciliar su vida personal con su vida profesional. De ella podríamos decir algo así como: “Cómo ser mujer, esposa, madre, ama de casa y ejecutiva de una empresa de inversiones y no morir en el intento”
La protagonista escribe miles de listas de cosas pendientes, en las que se mezclan lo que tiene que hacer con lo que quiere hacer, obligaciones del trabajo con tareas domésticas. En estas listas anota cosas que probablemente nunca hará como preparar lasaña o ir a clases de Pilates, y a veces no puede dormir repasando todos los asuntos pendientes, mientras que otras veces cae rendida y totalmente vencida tras una dura jornada de trabajo, o debido a sus frecuentes viajes. Estos son un problema, pues al cansancio y al estrés se suman los desaires y castigos de su hija mayor, que no quiere que su madre esté tanto tiempo fuera de casa.
Todo se complica cuando la empresa acepta uno de sus proyectos y ha de viajar cada vez con más frecuencia a Nueva York y tratar con un atractivo y madurito ejecutivo viudo.
Tanto viaje, tanto trabajo, empieza a distanciarla un poco de su familia, hasta que un día le planta cara a su jefe y le dice que no va a trabajar en fin de semana. Piensa que va a ser despedida y que algún compañero trepa, de esos que aparecen al final, cuando todo el trabajo está hecho y se llevan los méritos del trabajo de otro, se va a quedar con su proyecto. Pero su jefe lo acepta y le dice que puede continuar el lunes con su trabajo. No sé si todos los jefes serían tan comprensivos, pero si son razonables no dejarán escapar a un buen empleado por no querer plegarse a la exigencia de trabajar en fin de semana.
Si se dice que sí a todo, cada vez se exigirá más; hay que saber plantarse, pero también saber hacerlo en el momento oportuno y con inteligencia.
En esta película se ve la figura del trepa que aprovecha cualquier ocasión y que aunque tiene cuatro hijo su esposa se ocupa de todo y así juega con ventajas, puede alternar con los clientes, salir a beber con ellos o llevarlos a un club de striptease, con libertad y sin ataduras.
También podemos hablar de un personaje muy interesante: Momo, colaboradora de nuestra protagonista. Es muy profesional, volcada en su trabajo, que a veces actúa casi como un robot, fría en sus relaciones sociales y a la que vemos trabajar sin descanso ante varias pantallas del ordenador. Su vida se complica cuando se queda embarazada. Considera que es un error y quiere abortar, pero nuestra protagonista le hace ver que tener un hijo es algo maravilloso y finalmente decide tenerlo, probablemente porque aunque ve que su jefa no tiene tiempo de ir a la peluquería, cuidarse y arreglarse, tiene que sacar tiempo para el trabajo, los niños, la casa, a pesar de que tiene tan poco tiempo para ella, es feliz.
Cuando en una fiesta infantil le preguntan a su marido en qué trabaja su mujer, él contesta muy acertadamente: “es malabarista”.
La semana que viene comentaremos la película Mujeres rebeldes (1936) protagonizada por Katharine Hepburn y Herbert Marshall.

4 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo a los personajes le faltan chispa, y se podía obtener más de la película.
    Es cierto que vemos a una mujer que intenta llegar a todo y para conseguirlo tiene que hacer lista interminables, cosa que su marido no realiza, su marido en principio esta al cuidado de su casa hasta que obtiene un puesto de trabajo y al tener que acudir a una reunión y su mujer no estar en casa decide pedir ayuda externa cosa que enfurece a su mujer, ya que se lo solicita a una de sus "enemigas". Pero aquí va mi pregunta: ¿Por qué las mujeres, en muchas ocasiones, nos ponemos trabas a nosotras mismas?
    No se dan cuenta que están todas en el mismo bando y que si no hacen algo de manera conjunta se puede autodestruir.
    ¿Por qué siempre se castiga a una mujer que tiene éxito en los negocios?¿Por qué intentamos actuar como hombres? ¿Por qué no liderar en clave femenina?.
    Me preguntaría si la hija actuase de diferente manera si fuese el padre quien pasa mucho tiempo fuera de casa, yo creo que no por que lo vería como algo habitual y considero que toda esta cultura debe cambiar.
    En todas las empresas siempre hay un trepa que intenta obtener todos los honores a costa de los demás.
    Nuestra protagonista fue muy valiente al exponer claramente a su jefe que el trabajo lo continuaría el lunes, aún sabiendo que eso le podía costar su empleo, y en caso su jefe fue capaz de ver que su vida familiar era igual de importante que su vida laboral y que si no consigue que su empleada esta contenta la perderá y con ella todos los beneficios obtenidos. Y yo me pregunto ¿Para hacer bien tu trabajo tienes que estar disponible las 24horas,los 365 días? Yo creo que no y que todos necesitamos nuestro momento de descanso y des conexión para después volver al día siguiente con más ganas y energía renovadas

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  2. Tenéis razón la película ha sido un poco floja. Por cierto felicidades por la sección. Me encanta y me he visto prácticamente todas las películas.

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  3. Sandra yo pienso lo mismo, si estamos volcados en el trabajo las 24 horas del día todos los días de la semana, al final el cansacio se acusa y eso acabará afectando en el rendimiento, y seguramente nos convertirá en profesionales quemados. Lo malo es que no siempre todos los jefes comprenden esto, o quizás es que siempre hay un trepa agazapado dispuesto a saltar en cuanto uno baja un poco la guardia, o se permite el lujo de tomarse un merecido descanso.

    Gracias Anónimo, me alegra que te guste la sección, sigue visitándola y pon tus comentarios, y si quieres hacer alguna sugerencia perfecto.

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  4. Eso igual es porque tenéis poco aguante, ja ja ja

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