Este fabricante japonés de equipos electrónicos de consumo tiene previsto suprimir casi 11.000 puestos de trabajo, tanto en Japón como en el resto del mundo, y vender activos para generar algo más de 2.000 millones de euros antes de que concluya marzo de 2013, según un recoge un plan de reestructuración de la empresa. Asimismo, la empresa reducirá salarios y se desprenderá también de alguna de sus fábricas.Para implementar este plan, Sharp establecerá a partir del próximo 1 de octubre un comité de gestión de emergencia que estará liderado por el presidente de la compañía, Takashi Okuda.
La compañía tiene previsto regresar a la rentabilidad en el próximo ejercicio fiscal, que comienza en abril de 2013, ya que prevé generar ese año un beneficio neto de 14.600 millones de yenes (145 millones de euros), según el plan.
Sharp registró en el primer trimestre de su ejercicio fiscal unas pérdidas netas de 138.400 millones de yenes (1.379 millones de euros), un 181% más que en el mismo periodo del año anterior lo que ha obligado a la empresa a la adopción de estas medidas.
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