Laboral Cinema presenta: Un grito en la niebla

 

Estoy muy contenta con la vuelta del blog Laboralnews y de volver a colaborar con la sección Laboralcinema. Anteriormente ya habíamos comentado más de 50 películas, y vamos a seguir hablando de muchos más títulos y diversos aspectos relacionados con el mundo laboral.

En esta ocasión hablaremos de Un grito en la niebla, dirigida en 1960 por David Miller e interpretada en sus papeles principales por Doris Day y Rex Harrison. Estos dos grandes actores están acompañados por otros intérpretes de la talla de Mirna Loy, John Gavin, Herbert Marshall y Roddy McDowall.

Los que conozcáis la película pensaréis ¿Qué tiene que ver con el mundo laboral? Y a simple vista puede parecer que no existe ninguna relación, pero ahora os demostraré que podemos desarrollar varias cuestiones a partir de este filme de misterio.

Si habéis visto la película hace tiempo o nunca la habéis visto os recomiendo que no sigáis leyendo, volved a verla o descubrirla y después leed esta reseña. Ya os aviso que voy a desmenuzar la película y podría haber spoiler y no me gustaría estropearos el misterio.

Una millonaria americana, un financiero británico que llevan poco tiempo casados. Ella aún no se ha acostumbrado a la vida en Londres. Un día paseando escucha una voz amenazadora en la niebla. Ahí empieza todo. Nuestra protagonista va a recibir llamadas del mismo individuo con amenazas de muerte y se libra de milagro de ser atropellada por un autobús. Nuestra protagonista está cada vez más angustiada y lo peor es sentir que no la creen.

Esta es la historia a grandes rasgos y, llegados a este punto, ¿Qué podemos decir del mundo laboral?

En primer lugar, quiero comentar que Rex Harrison da vida a un hombre de negocios demasiado ocupado para estar con su esposa. Más de una vez le dice a su mujer que no pueden salir a cenar fuera, o él se marcha en mitad de un concierto o cancela un viaje a Venecia que a su esposa le hacía mucha ilusión. Ante cualquier problema acude a la oficina, incluso a altas horas de la noche. Está obsesionado con su trabajo, absolutamente centrado en él y eso le hace dejar de lado su vida familiar. Parece imposible en este caso que se pueda conjugar la vida laboral con la familiar.

Quiero compartir con vosotros un enlace sobre adicción al trabajo: Adictos al trabajo; quiénes son y cómo identificarlos (ehorus.com)

Es necesario saber cortar, tener un tiempo de trabajo y un tiempo de ocio en el que se pueda disfrutar con la familia, hacer deporte, viajar o desarrollar diversas aficiones.

¿Cómo podemos superar la obsesión por el trabajo? Puedes consultar el siguiente enlace donde encontrarás información de interés: Cómo puedes superar tu obsesión por el trabajo y ser más feliz | GQ España (revistagq.com)

Debido a la pandemia por coronavirus se ha desarrollado mucho el teletrabajo y eso, en ocasiones, ha podido dificultar la diferenciación entre tiempo de trabajo y de descanso, prolongándose mucho la jornada laboral. EL teletrabajo tiene ventajas e inconvenientes, en el siguiente enlace veréis los principales riesgos del teletrabajo: Riesgos laborales del teletrabajo (umivale.es)

En Un grito en la niebla, que el protagonista esté siempre trabajando puede deberse a una obsesión por el trabajo, a una válvula de escape, ya que no ama a su esposa, o a que no desea que descubran que ha amañado los libros y se ha llevado dinero que no le pertenecía. Ahora tiene una esposa rica y piensa que podrá reponerlo cuando herede su fortuna. Al saber que un empleado ha descubierto el desfalco tendrá que acelerar sus planes que pasan por deshacerse de su esposa y que parezca que se ha suicidado. Un caso de luz de gas claro, como vemos en la película “Luz de gas”(Thorold Dickinson, 1940), “Luz que agoniza”(George Cukor, 1944) o en “Pacto tenebroso” (Douglas Sirk, 1947).

Luz de gas: signos para identificar esta forma de maltrato psicológico (elperiodico.com)

En muchas películas vemos a personajes que roban dinero en su empresa, en ocasiones para pagar deudas de juego, para vivir mejor o por cleptomanía como en la película de Alfred Hitchcock “Marnie la ladrona” (1964), protagonizada por Tippi Hedren y el recientemente fallecido Sean Connery.

La esposa es millonaria, no tiene que trabajar, así que lleva una vida ociosa, se la puede permitir. Sale de compras, va al teatro y saldría más si su esposo le hiciera algo de caso. No sabemos cómo ha amasado su fortuna, si en Estados Unidos trabajaba o si la ha heredado. Posiblemente ha sido esto último. Lleva poco tiempo en Londres, pero en ningún momento se habla de la necesidad de trabajar, y lo mismo ocurre con su tía, a la que da vida Mirna Loy. Ambas parecen vivir de las rentas.

 

La pareja protagonista tiene una asistenta para las tareas domésticas. Es una mujer mayor, humilde y muy trabajadora, que tiene un hijo al que le gusta vivir bien, salir por ahí, gastar, comprarse buena ropa, pero eso de trabajar no le va mucho. Ha tenido varios trabajos, pero no le han durado demasiado. Es vago e incompetente y el trabajo no está hecho para él, aunque en un momento menciona que le gustaría dedicarse a las relaciones públicas. Sablea a su madre siempre que tiene ocasión y ella le da el dinero que tanto esfuerzo le ha costado conseguir.

No son personajes fantasiosos, hay muchos así en la vida real. Gente que trabaja y se esfuerza en su día a día, aunque a veces pese a los esfuerzos no consiga demasiado. Es el caso de la asistenta. También hay gente que sin mucho esfuerzo y con bastante cara dura escala peldaños o gana dinero fácil.

Muchos jóvenes hacen cola para el casting de algún reality o acuden a programas a hablar de sus intimidades o de las de otros, sean verdad o mentira y buscan cómo ganar dinero fácil, sin esfuerzo, sin preparación. Seguramente, cuando engorde su cuenta corriente o cuando consigan un empleo para el que no están preparados, simplemente por enchufe, se rían de aquéllos que siguen esforzándose. Con este tipo de actitudes se da muy mal ejemplo a la juventud y podemos preguntarnos ¿Qué tipo de sociedad estamos creando en la que no se priman el esfuerzo y el mérito?

Os dejo un enlace interesante sobre la cultura del esfuerzo: La importancia de la “cultura del esfuerzo” (confilegal.com)

Uno de los personajes secundarios de la película es el marido de la vecina. Es marino y su trabajo es muy duro, pues pasa mucho tiempo navegando lejos de su esposa, de hecho, en una ocasión, cuando le preguntan por el marido ella dice que se volverán a ver dentro de dos meses. En esta ocasión la esposa también está sola y desatendida, pero no porque su cónyuge esté obsesionado por el trabajo, sino por las características de su ocupación que le obligan a largos meses en la mar. 

Por último, quiero hablar de un personaje más, el interpretado por John Gavin. Es un hombre joven y apuesto, capataz de una obra, que en más de una ocasión ayuda a nuestra protagonista y que parece enamorado de ella. Un día toman algo en una cafetería y él le hace una confesión. Le habla de que tras la guerra le quedaron secuelas, que le cuesta mucho estar en lugares cerrados y que eso condiciona su trabajo.

Muchos soldados, al volver de una guerra, con todo lo que han visto y vivido pueden presentar secuelas físicas y psíquicas. Antiguamente se hablaba de neurosis de guerra y hoy de shock postraumático. Esto ha sido mostrado en numerosos filmes como “Niebla en el pasado”(Mervyn LeRoy, 1942), “Senderos de gloria” (Stanley Kubrick, 1957) o “Te volveré a ver” (William DIeterle, 1944), entre otras muchas.

El séptimo arte también ha mostrado las dificultades de los militares tras un conflicto bélico, para poder volver a la vida civil. Pensemos, por ejemplo, en la Segunda Guerra Mundial, que se prolongó de 1939-1945, muchos años fuera de casa, muchos años en el campo de batalla viviendo los horrores de la guerra. La vuelta no es fácil, y esto se refleja muy bien en el filme “Los mejores años de nuestra vida” (William Wyler, 1946), en la que unos hombres vuelven al fin a casa, pero todo es distinto, les cuesta adaptarse, volver a la vida que dejaron atrás. A uno de ellos le faltan ambos brazos; los perdió manipulando explosivos. Problemas con la familia, con la bebida, para encontrar trabajo. Al principio son recibidos como héroes, pero finalmente quedan marginados.

Al final, de una película que parecía únicamente de misterio hemos podido comentar muchos aspectos relacionados con el mundo laboral: la obsesión por el trabajo, la cultura del esfuerzo y aquéllos que, por el contrario, quieren tener las cosas fáciles, ganar mucho y trabajar poco. También hemos hablado de trabajos especialmente duros como el de los marinos, aunque podríamos mencionar otros ejemplos, como mineros, soldados, etc. Y finalmente, hemos mencionado las dificultades de adaptación a la vida civil de aquellos soldados que vuelven de la guerra, en muchos casos con secuelas físicas o psíquicas.

Espero que os haya gustado el análisis que hemos hecho de esta película y esperamos que compartáis con nosotros vuestras opiniones, comentarios y sugerencias, así podremos hacer un cine-fórum virtual. Asimismo, ¿Os apetece que nos centremos en alguna película en especial? 

La próxima película de la que hablaremos en Laboralcinema será “Tiempos Modernos” protagonizada por Charles Chaplin.

No dejéis de consultar el resto de películas comentadas en la sección Laboral cinema

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