Laboralcinema presenta: A Propósito de Henry

A PROPÓSITO DE HENRY

A propósito de Henry (Regarding Henry) es una película dirigida por Mike Nichols en 1991 con guión de Jeffrey Abrams que cuenta en su reparto con Harrison Ford, Annette Bening, Bill Nunn, Donald Moffat, Mikki Allen, Nancy Marchand, Elizabeth Wilson, Rebecca Miller, y John Leguizamo.

Henry Turner es un abogado implacable y sin escrúpulos que ha alcanzado el éxito y goza de una magnífica posición económica. Para ganar un juicio está dispuesto a todo, incluso a ocultar información o mentir. Su éxito profesional no tiene mucho que ver con su vida familiar. Su matrimonio hace aguas y su relación con su esposa y con su hija es fría y distante. Vive centrado en su trabajo, en el éxito profesional y más preocupado por otras cuestiones que por su familia. Una noche cuando va a comprar cigarrillos se ve envuelto casualmente en un atraco y recibe un tiro en la cabeza que a punto está de quitarle la vida. Pasa un tiempo en coma y al despertar no recuerda nada de su vida anterior, su mujer y su hija son unas desconocidas para él, no recuerda qué cosas le gustaban o a qué se dedicaba. A partir de este momento va a realizar un largo y duro proceso de rehabilitación que consume los ahorros familiares. En este proceso cuenta con la ayuda de Bradley, un gran profesional de la fisioterapia que hace muy bien su trabajo y tiene empatía con sus pacientes, mostrando un carácter simpático y campechano. Les hace trabajar duro pero sabe cómo ganárselos y cómo ayudarles.

Henry tiene que empezar de cero, aprender a hablar, a comer, a andar, pero poco a poco lo va consiguiendo y acaba venciendo su temor de volver a casa, a un ambiente desconocido para él, fuera del entorno protegido del hospital y lejos de las personas que saben cómo ayudarle.

Henry ha mejorado mucho pero tiene problemas de movilidad, sus movimientos son más lentos y torpes, y también problemas cognitivos como pérdida de memoria, dificultad de comprensión, de lectura, etc. A pesar de que ya no es el que era vuelve a su trabajo. Su jefe lo admite por amistad y por lástima pero Henry se encuentra, como se diría popularmente, como un elefante en una cacharrería, se siente fuera de lugar, no reconoce a sus antiguos compañeros y no le gusta ni la ropa que antes vestía ni el trabajo que desarrollaba y que ahora no comprende. El implacable, frío y calculador abogado que fue antes de la agresión ha desaparecido y en su lugar hay un hombre nuevo, sencillo, ingenuo, amable y bondadoso. Para tenerle entretenido le dejan expedientes de casos que él había llevado. Aunque su trabajo ahora no le gusta decide esforzarse y se lo toma muy en serio. Repasando su último caso se da cuenta de que ocultó un dato fundamental y eso impidió que una familia humilde cobrara una merecida indemnización por negligencia médica. Consciente de la injusticia cometida acude a la familia perjudicada y les da la prueba que necesitan, lo que provoca el enfado de su jefe.

Henry no puede seguir desempeñando el trabajo que antes realizaba, porque no es capaz y porque se siente fuera de lugar y no le gusta. Perder su fuente de ingresos, y teniendo en cuenta el dineral que gastaron en los costosos tratamientos, llevan a la familia a una mala situación económica, lo que hace que la esposa busque un trabajo, y asimismo deciden cambiar de casa e ir a vivir al campo. Ahora tienen una nueva vida, son una familia más sencilla y feliz, y se dan cuenta de que lo que antes les gustaba ahora ya no les gusta, ni siquiera el grupo de superficiales amigos con los que alternaban, sobre todo después de escuchar casualmente en una fiesta unas crueles críticas que les hacen mucho daño.

Lo más importante para Henry es el apoyo familiar, esto es un aspecto fundamental en los pacientes con daño cerebral, aunque también es preciso mencionar que en muchos afectados se producen cambios conductuales, pueden mostrarse irritados, desinhibidos o agresivos, y estos cambios no son siempre fáciles de asumir por la familia o los cuidadores. Por otra parte, Henry se vale por sí mismo para las tareas básicas de la vida diaria, pero en otros casos los pacientes pueden ser grandes dependientes y necesitar una ayuda constante de su familia o sus cuidadores produciéndose un desgaste de estos, problemas psicológicos o el denominado “síndrome de burnout del cuidador”.

En relación con el trabajo la cuestión es que Henry, tras sufrir un daño cerebral sobrevenido, no puede volver a desempeñar la profesión que antes realizaba, aunque lo intenta, y la película, aunque nos ofrece una estampa bucólica de familia unida y final feliz no nos habla de si el protagonista podrá desempeñar otra actividad profesional en el futuro, más acorde a sus capacidades actuales. Por otra parte, en la película, cuando sale del hospital se considera que ha concluido su proceso de rehabilitación, y, sin embargo, podrían mejorarse muchas funciones: movimientos, funciones cognitivas y psicológicas, preparación para la reinserción laboral, etc.

Hay que tener en cuenta que el personaje es joven, se encuentra en edad laboral y poder realizar algún trabajo, por sencillo que fuera, que le hiciera sentirse útil y capaz, mejoraría notablemente su autoestima, la cual se encuentra por los suelos los días que está trabajando en el despacho de abogados en el que antes se movía como pez en el agua y que, tras la agresión, percibe como un medio desconocido y hostil en el que no encuentra su sitio.

En este filme Henry se conoce a sí mismo, conoce al hombre que era, no le gusta nada y cambia radicalmente, y ese cambio le hace feliz a él pero también a su esposa y a su hija. Juntos podrán empezar una nueva vida.

La semana que viene hablaremos de la película basada en hechos reales Pago justo de Nigel Cole con Sally Hawkins, Bob Hoskins y Miranda Richardson, sobre unas mujeres que a finales de los años 60 luchan en un mundo de hombres por un sueldo equitativo.