La semana pasada en Laboralcinema hablamos de Ejecutivo ejecutor, película en la que el protagonista se va cargando a todos los que le molestan, y lo hace de forma aparentemente accidental. Continuando esta semana con esta temática comentamos la película: Cómo acabar con tu jefe, filme de 2011 cuyo título original es Horrible bosses. El título en inglés nos habla de cómo son los jefes que van a aparecer en la película, pero la traducción española va más allá y hace referencia a las intenciones de los protagonistas, que hartos de esos horribles jefes deciden acabar con ellos.
El filme nos habla de tres amigos que están descontentos en el trabajo por distintos motivos: Nick (Jason Bateman) tiene un jefe abusivo que le humilla y le hace trabajar a destajo con la promesa de un ascenso que finalmente no se produce, pero tiene que tragar, aguantar con todo porque el mundo laboral está muy mal y porque su jefe, magníficamente interpretado por Kevin Spacey, le amenaza con dar muy malas referencias a todo el mundo si decide abandonar la empresa. Otro de los amigos es Dale (Charlie Day), ayudante de la dentista Julia Harris (Jennifer Aniston). Su jefa lo acosa sexualmente de manera descarada y le dice que si no se acuesta con ella le contará a su novia que están liados, incluso le enseña unas fotos procaces que le hizo aprovechando que estaba anestesiado, con lo que demuestra muy poca ética profesional por aprovecharse de un paciente en estado de inconsciencia.
El tercero de los amigos, Kurt, interpretado por Jason Sudeikis, es el único contento en su trabajo, con un jefe amable, atento y cariñoso (Donald Sutherland). Pero esta bucólica e idílica situación laboral pronto se va a terminar cuando su jefe fallece y el nuevo mandamás de la empresa es su hijo (irreconocible Colin Farrell), un psicópata drogadicto que sólo quiere conseguir pasta a costa de lo que sea, que discrimina a la gente y la trata de manera vejatoria, por ejemplo, quiere despedir a los que están gordos, o a un hombre que se desplaza en silla de ruedas porque, según manifiesta, no le resultan agradables a la vista.
Los tres amigos no pueden más y medio en broma medio en serio fantasean con la idea de cargarse a sus jefes. Se trataría de un crimen justificado, seguro que el mundo sería más feliz sin ellos. Pero claro, una cosa es pensarlo, y otra cosa muy distinta es pasar a la acción como hace Graham en Ejecutivo ejecutor o como deciden hacer estos tres amigos hartos de sus horribles jefes.
Para conseguir su propósito contratan a un sicario (Jamie Foxx), que les sale rana, pues en lugar de encargarse discretamente de acabar para siempre con los tres indeseables, prefiere ejercer como profesor y les da un curso acelerado de “Cómo convertirse en asesino de la noche a la mañana”.
¿Serán alumnos aventajados? ¿Acabarán cargándose a sus jefes? ¿Mejorarán sus respectivas situaciones laborales? Para obtener las respuestas tendréis que ver esta disparatada comedia de humor negro.
La película cuenta con un magnífico reparto, son buenos los actores principales, pero los secundarios son un auténtico lujo. Kevin Spacey fabuloso como siempre, Jennifer Aniston sorprende en un papel lejos de las típicas comedias románticas y el duro Colin Farrell está irreconocible con su caracterización. Asimismo aparece brevemente Donald Sutherland, y no se nos olvide mencionar a Jamie Foxx el ex convicto que les ayuda a convertirse en asesinos.
La historia y guión parte de las experiencias laborales y frustraciones de Michael Markowitz, co-guionista junto a John Francis Daley y Jonathan Goldstein, que dijo al respecto: “lo que todos queremos es ir al trabajo, que se nos trate con respeto y marcharnos a casa. ¿Es mucho pedir? Este guión ha sido mi venganza”. Y no es el único que aplaude la fantasía de mandar al jefe a criar malvas, pues Sudeikis manifestó: “Al hablar sobre la película descubrí que existía mucha más gente de lo que me imaginaba a la que le gustaría matar a su jefe”.
¿Y qué ha dicho la crítica sobre esta película? Hay para todos los gustos:
· Una fallida farsa que te deja deseando que hubiese sido más divertida de lo que es (Peter Travers, Rolling Stone).
· La desesperación permite a Horrible Bosses cargar superficialmente contra algunas desagradables realidades sociales y encontrar un vislumbre de conciencia de clase en una avalancha de crudos gags (A.O. Scott, The New York Times)
· Es divertida y sucia, todo en ese orden. Spacey está soberbio, pero la sorpresa para muchos puede ser Jennifer Aniston (Roger Ebert, Chicago Sun Times).
· Filme ligero, divertido, aunque a veces la grosería campa demasiado a sus anchas (Carmen L. Lobo, La Razón)
· Seth Gordon y sus guionistas consiguen, sin salirse de los raíles de la comedia gamberra, resacosa y moderna, que la historia no descarrile ni se detenga demasiado en los chistes. Una comedia para reír y apuntar ideas (Federico Marín Bellón, ABC).
Qué importante tener un buen jefe que sepa cumplir con sus obligaciones, ayudar a sus subordinados, tratar a todos respetuosamente, tener unos objetivos claros, estar ahí cuando se le necesita, en lugar de los jefes que se ven en esta película o los que a veces se ven también en la vida real.
La semana que viene, atendiendo a una de vuestras sugerencias hablaremos de Up in the air.