La cadena de electrodomésticos Miró, que presentó concurso de acreedores en mayo, presentó el pasado miercoles el expediente de regulación de empleo que podría afectar a un tercio de la plantilla, es decir, unos 500 trabajadores. Asimismo, puede que haya que cerrar unas 50 tiendas. La voluntad de la empresa es traspasarlas pero no encuentran compradores.
La empresa ha pedido autorización para un máximo de 500 despidos aunque la voluntad de la empresa es que el número sea muy inferior, aunque todo dependerá del número de tiendas que puedan vender y de la oferta que reciban y la evolución del consumo a lo largo del año.
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